Juan Carlos reapareció en Galicia en medio del escándalo por Bárbara Rey
El rey Juan Carlos I aterrizó en Galicia por tercera vez en lo que va del año, pero esta vez su presencia no pasó desapercibida. Coincidió con un momento de máxima exposición pública: Bárbara Rey, actriz y ex vedette, lanzó un libro con explosivas confesiones sobre su vínculo con el emérito.
La llegada del exmonarca a Vigo no solo reactivó la atención sobre sus frecuentes escapadas náuticas, sino que además lo ubicó de nuevo en el centro de la polémica. Su ex pareja lo acusó públicamente de haberla maltratado emocionalmente y de tratarla como una “prostituta”, según reveló en el programa ¡De viernes!, en Telecinco (España).
Un regreso incómodo y rodeado de tensiones
Juan Carlos fue recibido como de costumbre por Pedro Campos, su anfitrión y amigo cercano, y trasladado junto a la esposa de este, Cristina Franze, a la casa donde suele hospedarse en Sanxenxo. Allí planeaba pasar unos días de descanso y volver a competir en las regatas a bordo del Bribón.
La visita coincidió con el aniversario de su abdicación y con un viaje oficial del rey Felipe VI y la reina Letizia a Lugo, aunque las rutas reales no se cruzaron: más de 260 kilómetros los separaban.
Como es habitual, el emérito se mostró cercano al Club Náutico de Sanxenxo, su refugio en la costa gallega. También se esperaba su paso por O Grove y el restaurante D’Berto, un clásico en sus visitas a la zona.
Pero en esta ocasión, el contexto era muy distinto.
Las duras palabras de Bárbara Rey
El foco mediático estuvo lejos de las velas y el mar. La figura de Bárbara Rey acaparó la atención por la publicación de Yo, Bárbara: Mis memorias, libro en el que relata episodios íntimos y oscuros de su relación con Juan Carlos I.
Durante su aparición televisiva, la vedette apuntó directamente al emérito con frases cargadas de resentimiento: “Él nunca se interesó por ningún problema que yo tuviera”, disparó. Agregó que nunca fue tratada como las demás amantes del exmonarca y lo acusó de haberse escondido en vez de enfrentar la situación.
Rey expresó que, de haber existido un diálogo sincero, el escándalo podría haberse evitado. “Si él habla conmigo, yo no llego a ese extremo”, sostuvo con firmeza.
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La aparición de Juan Carlos en España, en ese contexto de tensión pública, no fue casual ni inocente. Su regreso, aunque presentado como una visita de placer, se dio justo cuando más voces se alzaban contra él.
