Bestia consiguió las visas para jugar el mundial pero la organización se lo rechaza

Tras un largo camino, el equipo argentino de Counter-Strike 2, BESTIA, logró finalmente obtener las visas necesarias para competir en el Major de BLAST.tv en Austin, Estados Unidos, el torneo más importante del mundo en esta disciplina.
Sin embargo, la alegría se convirtió en preocupación por una polémica decisión de la organización del evento, que optó por darle su lugar a un equipo brasileño que había perdido en la clasificatoria sudamericana.
La odisea comenzó cuando dos de los jugadores de BESTIA, Luciano “luchov” Herrera y Tomás “tomaszin” Corna, enfrentaron dificultades en sus intentos por obtener la visa.
En cuestión de horas, la comunidad gamer y numerosos referentes de los esports en Argentina se movilizaron en redes sociales bajo el hashtag #ArgentinaAlMundial, reclamando apoyo para que los jugadores pudieran representar al país en el escenario global.
La situación llegó a oídos del jefe de bloque de La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires, Agustín Romo, quien respondió al pedido públicamente y ofreció su ayuda: “A ver qué podemos hacer”, escribió en la red social X.
A partir de ese gesto, se activaron gestiones diplomáticas de alto nivel que involucraron al canciller argentino Gerardo Werthein y a Macarena Alifraco, quienes rápidamente intercedieron para acelerar los trámites consulares.
Gracias a la intervención de estos funcionarios del Gobierno de Javier Milei, los jugadores de BESTIA obtuvieron sus visas en tiempo récord. El propio PapoMC, CEO y fundador del equipo, expresó su gratitud públicamente: “Gracias Agustín Romo, Macarena Alifraco y Gerardo Werthein por escuchar el grito de desesperación de una comunidad entera y ayudar a destrabar el paso más difícil de todos, las visas para Estados Unidos“.
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Sin embargo, cuando el equipo ya tenía todo listo para viajar, surgió un nuevo obstáculo: BLAST Premier, la organizadora del torneo, tomó la decisión de reemplazar a BESTIA por Legacy, el conjunto brasileño que había perdido en la final clasificatoria. A pesar de los reclamos y las pruebas de que la situación ya estaba resuelta, la organización no dio marcha atrás.
A pesar de que la gestión de los funcionarios del gobierno libertario permitió que un equipo nacional esté listo para competir al más alto nivel, ahora el problema lo genera una decisión administrativa internacional. Mientras tanto, la lucha continúa, y Argentina espera que se respete la legítima clasificación de sus representantes.