Córdoba: quién es Brenda Agüero, la enfermera condenada a perpetua por matar bebés
Brenda Agüero, la enfermera condenada a prisión perpetua en Córdoba por asesinar a cinco bebés recién nacidos, tiene 29 años y hasta hace tres años trabajaba en el Hospital Neonatal Ramón Carrillo de Córdoba.
Entre marzo y junio de 2022, una serie de muertes y descompensaciones graves de recién nacidos ocurrieron en su presencia.
Las autopsias revelaron niveles letales de potasio e insulina aplicados de forma deliberada.
Fue acusada de cinco asesinatos y ocho intentos de muerte. Tras un prolongado juicio, el miércoles fue condenada a prisión perpetua, mientras que el resto de los acusados, entre ellos funcionarios de Gobierno y directivos del hospital, recibieron penas, pero seguirán en libertad.
En un fallo que sorprendió, el ex ministro de Salud de Córdoba, Diego, Cardozo, fue absuelto.
La defensa de Agüero sostiene su inocencia y denuncia un proceso dañino.
En cambio, la Fiscalía se apoyó en pruebas forenses, testimonios y un perfil psicológico adverso que señala un comportamiento manipulador y sin empatía, lo que contribuyó al veredicto.
Brenda Agüero, una aplicada estudiante de Enfermería
Brenda fue una aplicada estudiante de enfermería. Supo contar durante el juicio que se graduó con promedio de 9,5.
En la cárcel de Bower empezó abogacía. Es la manera que encontró para hacerse fuerte frente a los gritos e insultos que recibió dentro del penal, comentó.
También apuntó contra los medios que, aseguró, construyeron de ella la imagen de una “asesina serial”.
En 2018 entró a trabajar al Sanatorio Allende de Córdoba, pero su sueño era ingresar al Hospital Materno Neonatal.
“Iba todas las semanas a dejar currículum. Me costó muchísimo ingresar, recibí un montón de ‘no’ por todos lados. Era una catarata de no. Quería entrar”, contó alguna vez a la prensa.
La familia de Brenda Agüero
Es soltera y vivía con su madre, Cristina, y sus dos hermanas menores en Río Ceballos. Se crió en un hogar pobre. Su padre, separado de su mamá, reside en Buenos Aires.
En 2020, logró ingresar al Hospital Neonatal Ramón Carrillo de Córdoba capital, donde se desempeñaba en el sector de neonatología.
Cuando estalló el caso, en agosto de 2022, sus compañeros la describían como una trabajadora “dedicada y excepcional”.
Su madre aseguraba que es “una apasionada” de su trabajo, y que nunca mostró problemas emocionales ni tenía antecedentes psiquiátricos.
Fue acusada e imputada por “homicidio agravado reiterado por procedimiento insidioso” de cinco niños entre marzo y junio de 2022, también en grado de “tentativa” por 8 niños sobrevivientes y “falsedad ideológica”.
Las autopsias a dos de los cinco bebés muertos a poco de nacer en el Neonatal de Córdoba confirmaron lo que las familias habían denunciado: los niños perdieron la vida como consecuencia de “exceso de potasio”, sustancia que fue “inyectada de manera intencional”.
Durante el juicio, Agüero lloró en varias ocasiones, en general cuando hacía referencia a su mamá, Cristina.
Brenda Agüero frente a las mamás de los bebés fallecidos
No actuaba de la misma manera con respecto a las madres de los bebés fallecidos. Hasta se mostraba inconmovible ante los sentimientos desgarradores de ellas.
En su frase más cruel, dijo: “Me dolió un montón ver a las mamás sentadas con un papelito. Vos decís ‘se te murió un hijo’, no sé por qué la necesidad de guionarlas. Perdón, pero me resultó muy chocante eso. Es algo que no me pasó nunca y espero nunca tener que vivirlo, pero todo el guion… no, no”, expresó.
Durante las jornadas que duró el juicio, solía tomar apuntes o hacerle algún comentario a Gustavo Nievas, uno de sus abogados defensores.
Entre las conclusiones del perfil psicológico, psiquiátrico y social de Agüero que surgen de la pericia, se subrayan “rasgos narcisistas con los cuales busca la admiración y atención del otro; autorreferenciales, desde los cuales tiende a posicionarse en el centro de los escenarios; omnipotentes, con los cuales intenta controlar las variables a su alrededor; y psicopáticos, asociados a la escasa empatía y escaso registro del semejante como tal”.
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Según los profesionales, se trata de tendencias que podrían deberse “a inseguridades, sentimientos de debilidad, inadecuación e incompletud subyacentes, que la persona no reconoce de sí misma. Estos rasgos son rechazados y sustituidos por una aparente frialdad emocional y rasgos de omnipotencia, que fomentan la búsqueda de posiciones de poder, con el fin de ejercer el control sobre circunstancias de la realidad que no se ajustan a sus necesidades”.
El miércoles, fue la primera asesina serial condenada en la historia de la justicia penal de Córdoba.
