La CGT le da la espalda a Cristina: no va al PJ y libera a gremios ante la marcha

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En una señal inequívoca de fractura dentro del peronismo, la CGT se desmarcó del kirchnerismo más duro y evitó plegarse a la estrategia del PJ de victimización política tras la condena judicial contra Cristina Kirchner. La ex presidente, ahora con prisión domiciliaria por corrupción, cosecha un respaldo cada vez más fragmentado, incluso entre sus aliados históricos.

La central obrera más poderosa del país marcó distancia de la política partidaria kirchnerista. En medio de la tensión que provocó la reciente confirmación de prisión domiciliaria contra Cristina Fernández de Kirchner, la Confederación General del Trabajo (CGT) decidió no participar del encuentro convocado por el Consejo Nacional del Partido Justicialista (PJ) y evitó respaldar explícitamente una eventual movilización en apoyo a la ex presidente, condenada a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos por corrupción en la Causa Vialidad.

La ex presidente, Cristina Fernández de Kirchner. | La Derecha Diario

La resolución fue adoptada este mediodía en una reunión  llevada a cabo en la sede de la Federación de Trabajadores de la Sanidad (FATSA), antes de que se conociera oficialmente la medida de prisión domiciliaria en el departamento de la calle San José 1111. Los líderes cegetistas, entre ellos Héctor Daer  (Sanidad) y Octavio Argüello (Camioneros), acordaron rechazar el convite del PJ por las “desprolijidades” en la convocatoria y dejaron en libertad de acción a los sindicatos para definir si adhieren o no a eventuales marchas o paros.

Mediante un comunicado difundido luego de las 16, la CGT intentó mantener un equilibrio retórico. Señaló que “con motivo de la notificación de la sentencia a la Cra. Cristina Fernández de Kirchner, se ha dispuesto la realización de una concentración popular que manifieste el repudio a una decisión injusta, parcial y arbitraria”, e invitó “por convicción, pertenencia y solidaridad” a sumarse a quienes lo desearan. Sin embargo, lejos de adoptar una postura unificada, dejó claro que “aquellos sindicatos que hayan dispuesto acciones sindicales quedan liberados para realizar las medidas que estimen conducentes”.

Pese a las consignas en defensa de la ex mandataria, la decisión de no convocar a un paro general evidencia el límite que muchos gremialistas imponen ante la pretensión kirchnerista de paralizar el país como forma de presión política. El comunicado concluye afirmando:  “Los trabajadores y trabajadoras tenemos memoria y vamos a manifestarnos en las calles para repudiar la injusticia y la proscripción en defensa de la democracia”, una frase que no logró disimular el creciente desinterés del sindicalismo tradicional por embarcarse en la cruzada personalista de CFK.

Entre los asistentes a la cumbre de FATSA  figuraron, además de Daer y Argüello, figuras como Hugo Moyano (Camioneros), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Julio Piumato (Judiciales), Juan Pablo Brey  (Aeronavegantes), Jorge Sola (Seguros), Omar Plaini (Canillitas), Miguel Paniagua (Espectáculos Públicos), Víctor Santa María (SUTERH) y Guillermo Moser (Luz y Fuerza), estos últimos también con cargos en el PJ nacional.

En cambio, se ausentaron dirigentes clave como Carlos Acuña (Estaciones de Servicio), uno de los tres secretarios generales de la CGT; Andrés Rodríguez (UPCN) y Gerardo Martínez (UOCRA), ambos en Europa por la conferencia de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), y Sergio Romero (UDA).

Desde el PJ esperaban organizar una masiva caravana en respaldo a Cristina Kirchner, condenada por direccionar fondos públicos de obra vial durante sus mandatos presidenciales. Sin embargo, el llamado del jueves pasado fue pospuesto a último momento para sumar la presencia de gobernadores peronistas, lo cual generó malestar en la cúpula sindical. Ese malestar se amplificó por la presión de los sectores más radicalizados del kirchnerismo que buscaban forzar a la CGT a declarar un paro general, algo que fue resistido por la mayoría de los gremios.

Uno de los apuntados por sus pares fue Abel Furlán, titular de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y secretario del Interior de la CGT, quien expresó que “la central obrera debía construir un objetivo común con consistencia en el tiempo”, insinuando la necesidad de un paro. Pese a sus palabras, su gremio no decretó ninguna medida y solo se sumó a la convocatoria.

Similar fue la actitud de los dirigentes de SMATA, Ricardo Pignanelli y Mario Manrique. Este último, diputado nacional por Unión por la Patria y de línea ultrakirchnerista, declaró que la CGT “debería movilizar, decretar un cese de actividades y que todos confluyamos más allá de las diferencias”, pero no promovió ninguna interrupción laboral en el sector automotriz.

Otro gremialista alineado con el kirchnerismo, Sergio Palazzo (La Bancaria), tampoco llamó a un paro. Si bien afirmó que “lo primero que tiene que haber es una gran movilización para acompañar a Cristina cuando tenga que presentarse a Tribunales” y que “debe haber interrupción de actividades”, hasta el momento su sindicato no adoptó ninguna acción concreta.

Quienes sí anunciaron medidas fueron organizaciones más identificadas con el kirchnerismo duro y que no integran la CGT. La Seccional Capital de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), encabezada por Daniel Catalano, y el Sindicato de Trabajadores Judiciales (SITRAJU), liderado por Vanesa Siley, ambos estrechamente ligados a La Cámpora, confirmaron paros para este miércoles. A ellos se sumaron las dos CTA, la Autónoma (Hugo “Cachorro” Godoy) y la de los Trabajadores  (Hugo Yasky), que también respaldan activamente a la ex mandataria.

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