Revolución Liberal: el tuit visionario que anticipó el giro político de la Argentina

En el año 2020, en plena efervescencia del debate ideológico en redes sociales, cuando el nombre de Javier Milei comenzaba a sonar fuera del ámbito académico y televisivo, una cuenta de X, llamada AdorDNI se dedicaba a burlarse de quienes veían en el economista liberal una esperanza para el país. Entre chicanas y sarcasmos, surgió una publicación que con el tiempo cobró un valor documental inesperado.
El 28 de octubre de 2020, la cuenta escribió:
“La década del ’20 va a pasar a la historia con el nombre de ‘Revolución Liberal Argentina’, con Milei como uno de los principales exponentes. Nuestros nietos lo van a ver en el colegio, y nos van a pedir que les contemos cómo era. ¿Yo? Orgulloso de estar del lado correcto.”
Lo que en ese momento parecía apenas una exageración irónica o una provocación conceptual terminó siendo una suerte de declaración anticipada. Tres años después, en diciembre de 2023, Javier Milei asumía la presidencia de la Nación tras una elección histórica que canalizó el hartazgo de una sociedad asfixiada por décadas de estatismo, inflación y decadencia kirchnerista.
Hoy, a mediados de 2025, el gobierno libertario liderado por Milei exhibe resultados que incluso sus detractores no pueden ignorar: superávit fiscal sostenido, inflación en baja y recuperación de la confianza internacional en la Argentina. La gestión avanza con reformas estructurales que están rediseñando el Estado, reduciendo privilegios y promoviendo la cultura del mérito.
En ese contexto, el tuit de 2020 resurge como una joya de archivo: un testimonio involuntario del cambio de época. Lo que alguna vez fue visto como fantasía libertaria hoy se estudia con seriedad en centros académicos, se discute en medios internacionales y se vive en carne propia en la transformación económica y cultural del país.
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La llamada “Revolución Liberal Argentina”, otrora impensada, ya tiene rostro visible y resultados tangibles. Y aquel viejo tuit, perdido en la produndidad digital de la grieta, hoy se resignifica como una pieza histórica que supo ver —incluso desde el escepticismo— lo que vendría.