‘Vivimos una pesadilla’: el testimonio de la madre del policía detenido en La Matanza

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El caso Thiago, que sacudió a todo el país, revela el estado terminal de la seguridad en La Matanza  y el desamparo al que están expuestos incluso quienes nos protegen. “Desde esa noche vivimos una pesadilla”: el desesperado testimonio de la madre del policía detenido tras la tragedia de La Matanza, Amalia Fajardo no puede contener el llanto. Su hijo, el oficial ayudante Facundo Aguilar Fajardo, fue detenido tras un violento intento de asalto en el que se defendió como lo entrenaron. Pero lejos de ser reconocido por su accionar, hoy duerme en una celda.

“La verdad es que es una pesadilla lo que estamos viviendo desde esa noche que lo acompañé a mi hijo”, cuenta Amalia, con la voz quebrada. “Siempre lo acompañamos con su papá desde que ingresó a la Policía Federal. Me decía: ‘mamá, soy grande’, pero yo le decía que si no lo acompaño, me quedo en casa con el corazón en la boca”, comentó.

Thiago Correa, el niño de apenas 7 años. | La Derecha Diario

Lo que debía ser una rutina de acompañamiento terminó en un infierno.  “Nosotros lo veíamos por televisión y decíamos ‘pobre’, y ahora lo estoy viviendo yo en carne propia. Es muy doloroso. Él no salió con ganas de pelear. Solo iba a trabajar, como todos los días”. Ese día, Facundo le había prometido a su hermanito comprarle una televisión para su habitación.  “Estaba feliz. Le dijo: ‘anda preparando tu cuarto, esta semana te compro la tele’. Y ahora está detenido como si fuera un criminal”, lamentó su madre.

Pero lo más indignante es lo que relata sobre la violencia vivida en carne propia: “Me pegaron, me tiraron del pelo. Sentí un golpe en la cabeza. No se ve en las cámaras, pero nos arrinconaron al lado del auto. Todavía estoy en shock. Estaban armados. Yo solo quería que mi hijo esté bien. Supongo que él pensaba lo mismo por mí. No me acuerdo bien esa noche, qué más le puedo decir… mi hijo es un sol”, narró.

Las palabras de Amalia, llenas de dolor e impotencia, resumen el desamparo de miles de bonaerenses. Su hijo, un joven policía de 21 años, es hoy una víctima más de una provincia abandonada a su suerte por la gestión de Axel Kicillof.

La tragedia ocurrió el miércoles por la noche, cerca de las 22:30, en la intersección de Avenida Crovara y Madrid, en La Matanza. Facundo Aguilar Fajardo, efectivo de la Policía Federal Argentina, fue interceptado por cuatro delincuentes armados mientras caminaba de civil junto a su madre. Al identificarse como policía, respondió al ataque con su arma reglamentaria. Se desató un tiroteo.

A unos 200 metros del lugar, Thiago Correa, un nene de 7 años, esperaba el colectivo con su padre, Fabián. “Escuché una explosión y pensé que era una moto, pero después vinieron más disparos. Cuando me di cuenta de que se estaban agarrando a tiros, quise tirar al piso a Thiago, pero ya le había impactado una bala”, relató el padre, con dolor.

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Thiago recibió un disparo en la cabeza. Fue trasladado de urgencia, pero en las horas siguientes se confirmó su muerte cerebral. La sociedad entera lloró su pérdida.

Uno de los asaltantes, Brandon Corpus Antelo (18), murió tras recibir un disparo en el cuello. Otros dos cómplices —Uriel Alexis Montenovo y Uriel Emanuel Leiva, ambos de 21 años— resultaron gravemente heridos y permanecen internados. El cuarto delincuente se dio a la fuga y es buscado intensamente.

Sin embargo, la indignación creció cuando el fiscal del caso, Diego Rulli, ordenó la detención del policía por un supuesto “exceso en la legítima defensa”. La medida, ampliamente repudiada en redes sociales y medios, expone una vez más el absurdo garantismo judicial  que reina en  Buenos Aires, donde los uniformados terminan tras las rejas y los delincuentes, en la calle.


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